A veces me repito, mucho, más que el ajo. Pero no puedo evitarlo. Me refiero que casi siempre hablo de la misma o de las mismas personas, pero ellos hacen que tenga que hablar de ellos.
Hoy el honor es para mi Mixto y para mis niñas y mami en primer lugar. Y por supuesto y cómo no, para todo el resto del mundo, el cual os habéis preocupado por mi, no sólo viniendo a verme, si no mandando Whatsapp, con un sms o a través de una llamada telefónica. Y también a los médicos y sobretodo a los enfermeros y personal del Hospital Clínico, que me han tratado genial.
El jueves pasado fuimos al hospital y bien, me ingresaron porque tenía apendicitis. Ninguno pensábamos que fuera para tanto, de hecho creíamos que seria otra cosa, que me recetarían algo y pa'casa.
Pero no fue así. Ya no salí del hospital hasta el lunes pasado.
Si me conocéis, ya sabréis que soy una llorica, la que más. Lloro por todo, por algo bueno, por algo malo o a veces incluso, por nada.
Pues bien, la otra vez que me puse mala, en Junio, en una primera revisión por el médico me dijeron que podría ser apendicitis, y me puse a llorar como una magdalena. No sé porqué la verdad, pero me asusté. Por mi mente pasaron imágenes de hospital, ingreso, quirófano. Me dio mucho miedo.
Pero esta vez, después de tantísimo dolor, me dijeron que tenía apendicitis y pensé, "Vale, ¿y cuándo me vais a operar?. Ni me inmuté.
Quién sí se inmutó fue mi Mixto, pobrecito. Él que es tan y tan aprensivo para esto de las agujas, hospitales, sangre y enfermedades y que, inexplicablemente, luego le encantan los zombies, se puso peor que blanco cuando le dije lo que me habían dicho los médicos. Pero no salió corriendo ni mucho menos.
Él fue el que no se separó de mi ni un solo momento. Creo que en los días que he estado en el hospital, si sumamos el tiempo que ha salido él de la habitación, no llega ni a 3 horas, es decir, no se despegaba de mi.
Me ha mimado, cuidado, soportado y querido, como a la que más. Si respiraba un poco más fuerte de lo normal, ya lo tenía al lado preguntándome si me pasaba algo. Si abría los ojos, él también los abría, fuera a la hora que fuera. Cuando entraba una enfermera, él estaba atento a lo que me decían...
En conclusión, él ha estado todo el rato conmigo. Y me ha hecho sentir como una reina. No tengo palabras para poder expresar mi agradecimiento hacia él, ni tampoco encuentro palabras para describir lo muchísimo que te quiero. Eres mi Mixto ;) Otra cosa que superamos juntos, mi vida.
Y bueno, qué decir de mis tatas y cuñados. No olvidaré la carita que tenían al verme medio muerta al salir de la operación, cara de preocupación, cara de "Hermanita, ¿estás bien? Estamos aquí. Sabemos que te duele y que te encuentras mal, pero estamos aquí contigo". Se han ido turnado entre ellas para que mi Mixto pudiera pasar por casa y esas cosas, y también para estar conmigo, claro. Han pasado el fin de semana en el hospital. Que plan más divertido! Han cuidado de mi y de mi Mixto, por ejemplo haciéndole la cena en un tuper o sacándole de la habitación. Ya sabéis que os quiero con locura a todas y que os agradezco lo que habéis hecho y lo que seguís haciendo.
Mi mami. Mi mami es un caso especial. Ella entiende lo que quiere. Mi tata le llama diciéndole lo de la operación y nada más entrar en el hospital, se pensaba que estaba embarazada o algo así, vamos, que tiene unas ganas de ser abuela que no puede con ellas. Pero vino todos los días, con su bici eléctrica, después de su jornada de trabajo. Y también cuidó de mi y de mi niño, trayéndole comida japonesa para un regimiento. Y de rebote me trajo una camisa súper chula!
Mis amigos. Siempre se agradece que vengan a visitarte al hospital. Te animas y se te pasa el rato más rápido, ya que las horas allí, pasan muy muy lentas y siempre en el mismo sitio, en tu habitación. Me supo mal por mi Churry, que fue su cumple y no lo pudimos celebrar tal como planeábamos, pero ya lo celebraremos ya. Gracias por venir Yoly, Toni, Marta y Miguel. Y a los demás, gracias por preguntar y por preocuparos por mi. Y gracias por tus regalitos Yoly, me encantan todos!
Por último, gracias a toda la gente que me ha cuidado y que no he mencionado en el post. No significa que al no mencionaros no me acuerde de todos. Sobretodo gracias a Álex, mi enfermero, quién me trataba como a una persona normal, y no como a una enferma indefensa.
Es en estos momentos en los que ves quienes se preocupan por ti, quienes te quieren o quienes te odian. En mi caso ya tenía claro quien me quiere y quien me odia, pero es una experiencia más en la vida. Nunca había estado ingresada en el hospital tantos días ni me había sentido tan débil y fuerte a la vez.
En fin, una cosa menos. Ahora ya sé que de apendicitis no me moriré :P