domingo, 21 de octubre de 2012

Personas YO-YO.


Os preguntaréis qué son las personas YO-YO. Realmente no sé bien bien si existe esta denominación para un cierto tipo de personas, pero es el nombre que le puse yo misma porque me encontraba últimamente con gente de este tipo.

Para mi las personas YO-YO son aquellas que siempre hablan de ellas mismas. No importa lo que le estés contando, de lo que estés hablando. Simplemente ponen cara como que te están escuchando, cuando acabas de hablar dejan unos minutos de silencio (para que no sea tan evidente), y acto seguido, sin decir ni opinar nada sobre lo que le acabas de explicar, empiezan con alguna historia suya.

Al principio no te das cuenta, piensas: "Será casualidad", pero poco a poco te vas percatando de la realidad. Cuando conoces a una persona YO-YO, primero hace todo lo posible para que confíes en ella, y cuando realmente piensas, "qué maja/o, qué simpática/o", empieza su monólogo.

Habla y habla sin parar. Comenta todo lo que se pueda comentar y más, incluso lo que no hace falta comentar o lo que es evidente. Un ejemplo: Ese pantalón que llevas es rojo, ¿no? Y piensas para tus adentros:" Claro que es rojo, ¿no lo ves? ¿En serio tengo que contestar a tu pregunta?"

Otro nivel llega cuando ya ni siquiera deja ese espacio de silencio como pausa prudencial, para que no se note que no te ha estado escuchando ni le importa lo más mínimo lo que le estás contando y directamente, habla por encima de ti. Es decir, sobrepone lo que tú dices. Empieza "su conversación" mientras tú sigues hablando y no has acabado con tu historia. Y claro, te quedas un poco impactada... y no te queda más remedio que callarte.

Existe otra variante, que sería casi casi, el motivo por el cual bauticé a esas personas con la palabra YO-YO. Empiezas contando alguna cosa tuya, escucha el principio de la historia y enseguida, salta con una historia suya, parecida o relativa a la que has intentado contar, pero, claro está, sin dejarte acabar de contarla. Salta diciendo: "porque yo..." "Ah, pues yo..." "Claro, igual que yo..." Todo todo contiene el YO, por eso lo de YO-YO.

Aunque no es el único motivo del nombre. Todos sabemos qué es un YO-YO. Pues bien, un YO-YO, lo tiras y vuelve, ¿no? Va hacia abajo, y cuando llega abajo sube de nuevo. Una persona YO-YO siempre hace que su historia sea mejor o peor, depende del caso. Si tu estás contando algo, la persona YO-YO contrataca contando algo peor o mejor, siempre dependiendo de si lo que estás contando es para quejarte (en ese caso lo que cuenta la persona YO-YO será muchísimo peor) o para alegrarte (en este caso lo que diga la persona YO-YO será mucho mejor). Lo que quiero decir con esta explicación es que todo vuelve y acaba en la persona YO-YO. Si algo te pasa a ti, a esa persona le habrá pasado lo mismo pero multiplicado por 1000, con lo que todas las historias del mundo acaban en la persona YO-YO, no importa donde pase, quien la cuente o qué es lo que ocurra. Todo concluye en la persona YO-YO.

También suelen ser personas que saben hacer de todo. O eso dicen. Porque cuando las ves día a día, no has visto muestra alguna de TODO lo que saben o dicen saber hacer...

No niego que a veces yo pueda ser un poco YO-YO, pero serlo durante todo el día, toda tu vida, para esa persona será lo mejor del mundo, pero para las personas que la rodean, cansa. 

No quiero decir tampoco que todo lo que me cuente alguien me pueda interesar, quizá no me interesa lo más mínimo, pero por educación, cuando me están contando algo, siempre cuando esa persona acaba, haces algún tipo de pregunta, por tonta que sea, para confirmar a la persona que le has estado escuchando.

Quizá soy un poco rara, pero tenía que explicaros los síntomas que confirman cuando una persona es una persona YO-YO. ¿Conocéis a alguna? ;)



domingo, 7 de octubre de 2012

6 meses de independencia.

Salón- cocina sin amueblar.
Parece que fue ayer, pero ya han pasado 6 meses y unos pocos días desde que decidimos compartir nuestro día a día juntos. Y digo que parece que fue ayer porque si el tiempo de por si ya pasa
rápido, cuando una está a gusto junto a esa persona especial, el tiempo pasa aún más rápido.
Por lo que hay que aprovechar y hacer todo lo que podamos en el momento en el que podamos.

Nuestra "aventura" empezó a finales de marzo. Hartos de nuestras despedidas traumáticas cada domingo y de no tener más que nuestra habitación (en mi caso ni eso, ya que la compartía) como refugio personal, y sobretodo porque nos necesitábamos todos los días, acordamos empezar a buscar un lugar donde vivir juntos.

Empezamos con idea de largo plazo, ya que conocidos y amigos que estaban buscando piso o habían buscado recientemente, nos comentaban que la cosa estaba difícil. En nuestro caso, no lo fue tanto.

Como decía antes, empezamos a buscar las dos últimas semanas de marzo y encontramos nuestro nidito de rebote y de casualidad. Habíamos visto un piso, nuestro primer piso y nos disgustó bastante. Tanto que pensamos que nuestra espera se iba a alargar más de lo que pensábamos. Pero un buen día, quedamos para ver un piso que nos había interesado y por suerte, el comercial que nos enseñó el piso, nos enseñó otros dos en la zona, entre los cuales se encontraba el que finalmente elegimos.

Era un piso sin amueblar, cosa que al principio nos echó un poco para atrás ya que lo buscábamos con muebles, pero nos gustó tanto, que pusimos como única condición que nos pusieran una nevera. Y cuando nos confirmaron que nos la pondrían sin problemas, no nos lo pensamos demasiado. Y empezamos los trámites para ir a vivir juntos.

Por suerte los dos ya teníamos vacaciones planeadas para esa semana, la semana en la cual entramos, la primera de abril, así que pudimos hacer la mudanza y empezar a comprar cosas para "llenar" el piso, ya que estaba vacío vacío.

Empezamos la mudanza no sin contratiempos. No paró de llover durante toda la semana, madrugábamos más que cuando tenemos que trabajar para aprovechar al máximo el tiempo que nos daba el día, mi niño dormía poco porque no paraban de molestarlo en el trabajo con sus guardias, se nos pinchó una rueda del coche... Y todo esto en la misma semana. Pero cuando acabó, ya hacíamos vida aquí. No queríamos desaprovechar ni un solo minuto más separados.

Poco a poco lo fuimos llenando y fuimos haciendo el piso más nuestro y tuvimos que soportar dormir 3 semanas en un colchón hinchable hasta que nos trajeron nuestro amado colchón. ¡Qué cómodo es!
Empezamos con 2 sillas, para nosotros dos y cuando tuvimos más de 2 sillas, empezamos a invitar a gente. Ahora ya tenemos 6 sillas, 7 con la silla del escritorio y un puf hinchable, por lo que ya hemos hecho más de una comida/cena con amigos o familiares.
Al principio usábamos el colchón hinchable como sofá, hasta que al mes siguiente pudimos comprar nuestro querido sofá...

Aún nos queda mucho por acabar de llenarlo, pero tenemos lo más importante e indispensable para vivir. ¿Y que es?, os preguntaréis. ¡Qué va a ser! Nosotros y nuestro amor :)