No soy persona de pensar mucho en lo que voy a hacer. Soy impulsiva, lo reconozco, y hago lo que siento en todo momento...No me gusta quedarme con las ganas de nada, no me quiero preguntar qué hubiera pasado si no lo he intentado antes y por estos motivos, entre muchos otros, suelo darlo todo en casi todo lo que hago.
A veces cuando algo me sale mal, pienso "nunca más", no lo volveré a hacer. En el fondo sé, que ese nunca más es falso. Como dice el dicho "Nunca digas nunca" y está en lo cierto. ¿Porqué? Porque aunque piense "nunca más", si en algún momento vuelvo a sentir que lo tengo que hacer, lo vuelvo a hacer sin pensarlo casi. De hechos como este es de donde saco lo que digo mucho de mi: Soy sentida.
Quiero controlar un poco esto, pero creo que va conmigo, que aunque intente controlarme, no me saldrá del todo. Todo es intentarlo pero también creo que malo del todo no es. Lo único que cuando me caiga, el golpe será más fuerte. Pero no pasa nada, todo pasa, todo se supera y ganas para hacer las cosas que hago, me sobran.
No me arrepiento de casi nada... Siempre hago lo que pienso o lo que siento, mejor dicho (que no es lo mismo) y esto hace que esté tranquila.
Por eso vivo tan intensamente todo. Supongo que también por este motivo lloro por todo. Porque todo todo lo que me pasa, lo vivo, lo siento.
Quizá no sea tan malo como parezca. Lo importante es que yo me sienta bien, de que sea yo misma, no? De eso se trata.
Vivir la vida intensamente, sintiéndola y ser feliz. Las claves para este año nuevo que ya ha empezado y que, segurísimo, será mejor que el pasado... De hecho, ya está empezando a serlo. :)
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