viernes, 12 de noviembre de 2010

Mi A

Un 4 de marzo de 2010 la conocí.
Entramos en la oficina por separado, pero nos sentaron en la Sala 1, a esperar.
Yo llegué antes que ella, ella entró y sin conocerme de nada, empezó a hablarme como si me conociera de toda la vida...Con esa alegría, esa felicidad que transmite.

Entramos en el mismo departamento y hacíamos el mismo horario, así que el suplicio de comer sola entre tanta gente desconocida nos la ahorramos.

Empezamos a planear cosas juntas, salidas de fin de semana en un principio, una cenita en mi restaurante, una mojito's night en su casa, hasta el punto que casi cada jueves íbamos a nuestro bar favorito con nuestros compis a tomar mojitos jugando a nuestro famoso juego de los post-it.

Llegó el verano.
Nuestros mojitos se transformaron en playa, en nuestra pasión por ella, por el mar, por el ambiente veraniego en general. Íbamos a la playa juntas, le presenté a mi entorno, a mi querida C, a mi S...y bueno, un día, ella me pidió consejo sobre una importante decisión que debía tomar.

Me alegré mucho por ella, claro que sí, pero empecé a pensar en todo lo que dejaríamos atrás, en nuestros momentos, en esa amistad que en cuestión de 3 o 4 meses se había formado, en la complicidad que teníamos mutuamente, en todo...y se me derrumbó el mundo casi.

El día que volvimos a la Sala 1, a darle su regalo de despedida con nuestros compañeros, no podía ni sujetar la cámara para immortalizar el momento...Lo único que podía hacer, era contener mis lágrimas, contener mi emoción, mi tristeza por su marcha...y dejé mi cámara en otras manos.
Llegó mi turno para despedirme de ella ante los demás, y rompí a llorar.

Me vino a la cabeza todo lo que habíamos pasado, me vino a la cabeza el vacío que dejaría ella en mi departamento, en mi, en nosotros.
Me vino a la cabeza pensar en quién iría conmigo al baño, en quién me acompañaría a por café, en que no volvería a ver esa melena larga y rubia, en que no volvería a escuchar ese buenos días seguido de su cómo estás...en que no volvería a escuchar nadie llamarme como ella me llamaba...
Parecen idioteces, pero no lo son. Son pequeños detalles que hacían que mi pequeño día, se volviera un gran día, pequeños detalles que me ayudaban a afrontar mi día con fuerza.

Con mirarme me entendía. Sin decirme nada.

Llegar a la oficina y ver un simple post-it suyo en mi mesa, ver una bolsita preparada con un montón de tes diferentes, y un lacito...cómo echo de menos esas cosas... Aún tengo todos los post-its que me dejastes, los tes evidentemente ya no los tengo, pero sí el envoltorio y el lazo, dentro de la caja que heredé de ti.

Y te echo de menos compi. Estos días lo noto. Me faltas tú. Y me faltas mucho, no sabes cuánto.

Estoy contenta porque realmente me he dado cuenta, que lo que pasó aquí, en Barcelona fue real, porque hablo contigo mucho más que con mucha gente que tengo alrededor, aún estando tú a millones de kilómetros.

Eres lo más, "la terremoto"...mucho más que yo.

A día de hoy, me emociono con tus mails. El de hoy ha sido, bueno, indiscriptible todo lo que he sentido en 2 minutos. He llorado sí. Llevo 2 días haciéndolo.

Pero no pasa nada, todo se solucionará y pasará.

Y vas a estar ahí para compartir que todo vuelve a la normalidad, que todo vuelve a ir bien...Quizá simplemente es la semana, que es mala...Seguro que la próxima será buena.

Concluyendo, te quiero compi, muchísimo.

Y bueno, marzo está a la vuelta de la esquina. En nada volveremos a pasar esos momentos que tanto deseo!

PD: Chúpame un pie ;)

Bona nit i reculli la targeta! xD

1 comentario:

  1. KAIKI!!!!!que emocion, no puedo decir nada, no tengo palabras que hagan juego con lo que has escrito.

    Mientras lo leia recordaba todo, absolutamente todo y me llenaba de una nostalgia-alegria indecriptible.

    Te quiero un monton y no puedo esperar a ir a visitarlos y hacer de todo en esa ciudad tan hermosa que la siento tambien un poco mia.

    TE QUIERO!!!!

    ResponderEliminar