martes, 18 de enero de 2011

Cómo lo difícil se vuelve fácil.

Nadie dijo que fuera fácil.

Nadie dijo que fuera fácil levantarte todos los días y sonreír.
Nadie dijo que fuera fácil sonreír cuando sólo quieres llorar.
Nadie dijo que fuera fácil fingir que estás bien para no preocupar a los demás.
Nadie dijo que fuera fácil que tus alegrías se vuelvan penas en un abrir y cerrar de ojos...

Nadie lo dijo. De hecho, nada es fácil.

Pero...

¿Y lo bien que sienta cuando todo lo malo se vuelve bueno?

Qué bien sienta cuando la venda que tenías en los ojos, se cae por fin. Y descubres que la gente que decía ser tu amiga, no lo es tanto. Y descubres que la gente de la cual no pensabas que fueran amigos, lo son más. Ves cosas que antes la venda te impedía ver...Y sienta bien, sienta muy bien.
Notar que lo que pensabas sobre alguien no era para tanto, darte cuenta que en realidad, todo era como un espejismo.
No por mi parte, claro. Hay valores, hechos, que considero que los amigos deben saber. Está más que demostrado quien me las hace saber y quién no. De eso se trata, no?

Qué bien sienta volver a sonreír, día sí y día también. Por todo, o por nada. La clave es sonreír a todo, a todos.

Y sobretodo, qué bien sienta lo bien que me sienta todo... Qué bien sienta cuando casi todo te sienta bien.

Nadie dijo que fuera fácil, no. Pero cuando apartas lo que te lo hace difícil, todo se vuelve fácil. Sólo hay que intentarlo, sólo hay que quererlo de verdad...

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